Claudio Sarmiento
Querétaro se ha perfilado como uno de los principales destinos turísticos y de inversión inmobiliaria, pero recientemente se han hecho declaraciones que aclaman a Querétaro con el mejor sistema de justicia del país o con una obra pública vial ejemplar. Si bien es común que los gobiernos busquen posicionarse dentro Rankings de Ciudades nacionales o internacionales, ¿de qué nos sirven estos posicionamientos?
Visto como marketing urbano, cobra sentido el querer atraer nuevas inversiones y habitantes. No obstante, su utilidad es cuestionable para una planeación estratégica, urbana y económica, especialmente si las declarativas no derivan de un análisis autocrítico. Por un lado, preguntarnos por qué es importante que Querétaro sea “el mejor” en ciertos rubros y qué implicaciones tiene para su población. Por otro lado, compararnos con otras ciudades debería apuntar hacia incorporar nuevas estrategias, en lugar de dormirnos en nuestros laureles. Hablamos aquí sobre el resultado favorable de Querétaro en el Ranking de Ciclociudades, por ejemplo, pero nada se escribió sobre el hecho de que ocupamos el top 10 de los estados con mayor accidentalidad en seguridad vial .
Esperamos galardones sobe un buen arranque de la administración estatal, pero si no se reconoce que hay mucho que aprenderle a otras ciudades sobre gestión del agua, obra pública, o participación ciudadana, entonces realmente no habrá mucho qué presumir. “La soberbia ataca con dos dardos: la ira y la envidia,” decía Mateo Alemán.
MT