Vaya escenarios que estamos presenciando a lo largo y ancho del país. No cabe duda que la silla presidencial es el anhelo de más de un personaje de la clase política nacional, pero, por piedad, recuerden que al compañero presidente le queda poco menos de dos años al frente del Poder Ejecutivo. Dejen que acabe este sexenio como Dios manda. Nuestro Querétaro no ha sido la excepción y, mientras algunos blanquiazules aseguran tener números que les dan aliento para aspirar a ganar la elección federal que se avecina, la realidad es que, como bloque antagónico, no solo han dejado mucho que desear, sino que de plano han hecho el ridículo, uno tras otro, siempre de la mano de la desinformación y la carroñería.
Aunque en el partido del presidente también hay mucho que observar y analizar, las ‘corcholatas’ han estado viajando a diferentes entidades y activando sus grupos de apoyo para que la promoción de su figura llegue con fuerza a la tan mencionada encuesta donde se definirá quién va a la cabeza del proyecto de Morena. Da mucho de que hablar el estilo que existe entre los simpatizantes y promotores del canciller Ebrard, quienes con la frase de “continuidad con cambio” buscan impulsar al exjefe de Gobierno. Por otro lado, está la gente de la doctora Sheinbaum, que con el #EsClaudia avanzan de la mano de la gente; sus eventos, ya sea con su presencia o sin ella, están plagados de rostros de auténticos convencidos del proyecto alternativo de nación que, desde hace décadas, la actual jefa de Gobierno de la CDMX ha defendido codo a codo con el presidente López Obrador.
Tiempo al tiempo, en política nada es seguro y, aunque existen cientos de encuestas donde se manejan diferentes pronósticos, la realidad es que solo una personalidad cuenta con el mismo estilo que tiene AMLO, lo cual garantizaría la continuidad en el proyecto que inició de la mano del tabasqueño; sin embargo, la moneda estará algunos meses más en el aire.