Enrique Álvarez
El Titanic fue un trasatlántico que naufragó en su primer recorrido. Su historia, sucedida en 1912, es un hecho que a lo largo de un siglo ha estado rodeado de un fervor por conocer cada detalle de lo acontecido.
A más de 100 años de distancia del naufragio, la historia del Titanic sigue tan vigente, que se han realizado recorridos tripulados para ver sus restos a pesar de estar a casi 4,000 metros de profundidad.
El pasado martes nos enteramos que un submarino que transportaba turistas a ver los vestigios del Titanic había desaparecido. Al momento de escribir estas líneas (miércoles a las 17:00 horas) aún no había noticias del sumergible y se temía lo peor para sus tripulantes.
Sin embargo, la remembranza del naufragio del barco británico no comenzó con la desaparición del submarino. Esto comenzó el jueves pasado. La selección de Estados Unidos derrotó 3-0 al TRItanic y con ello comenzó el naufragio de un proyecto que comenzó mal. El navío azteca ya estaba fisurado antes de comenzar la gestión del capitán Cocca, quien no pudo evitar el hundimiento.
El nuevo mandamás del futbol mexicano, Juan Carlos “La Bomba” Rodríguez ha dado un giro de 180 grados al timón intentando recomponer el rumbo. Ya se anunció un nuevo capitán, y se espera que con él haya nueva tripulación.
El próximo fin de semana comienza la Copa de Oro. No hay un rumbo marcado, así que no hay expectativas. Sabemos que el destino es la Copa del Mundo del 2026. Estamos calificados al torneo. No hay un iceberg que nos detenga. La pregunta es ¿Cómo llegaremos?