Roberto Mendoza
Hay un montón de lugares comunes que se pueden usar al especular sobre el contenido de los libros de textos gratuitos, verdades a medias y mentiras completas, ajustes al discurso y narrativas creadas a modo, al final los mexicanos casi siempre hemos superado los retos que nos ponemos a nosotros mismos al escoger gobiernos que siempre terminan decepcionando o fallan sin piedad, además sus miembros nos roban el dinero, que con mucho trabajo, todos producimos y ganamos.
Por supuesto “La historia la escriben los ganadores”, la cuatroté ganó, pero no para siempre, somos los principales culpables de querer y propiciar un cambio. Nos gusta, el cambio, en 23 años les hemos dado la oportunidad a prácticamente todas las fuerzas políticas de nuestro país, primero a la derecha, luego regresamos a lo que muchos creían eran los que sabían cómo gobernar y después a la supuesta izquierda, somos los mexicanos los que queremos variedad siempre, nos quejamos de que cada seis años el país cambia, pero siempre lo patrocinamos. Aun cuando por más de 70 años gobernó un sólo partido, el siglo pasado votaron, nuestros padres y abuelos o quizá les impusieron y de ahí nuestro gusto, por una diversidad de pensamientos; tendencias y formas de gobernar, cada seis años había una renovación de élites y pensamientos, pasamos de revolucionarios a comunistas y luego a capitalistas.
Entonces los ganadores imponen sus puntos de vista, sus reglas y su personal forma de contar la historia, por lo tanto, pueden adoctrinar, incidir y manipular a su antojo la educación, el actual gobierno no es el único, desde hace 60 años, los libros de texto sirvieron para adoctrinar, los anteriores y los de ahora cuentan épicas, elogian héroes, denigran personajes, plantan ideas para que desde niños creamos una narrativa de una historia oficial sesgada, unilateral y falta de crítica. La verdad siempre puede esperar a que uno tenga curiosidad en el futuro o nunca. Además, siempre han sido deficientes en aritmética, física, química, astronomía y otras ciencias exactas, por eso, mientras en otros países se tienen grandes centros de estudio que descubren interesantes avances, en México, los gobiernos nos han educado para ser consumidores, obreros, gestores, comerciantes y … ¿Maleantes? Tendremos que reflexionar como los capos mexicanos, tienen un gran imperio internacional que está patrocinado incluso por gobiernos de otros países y es sumamente exitoso, quizá descubramos que estos mexicanos han encontrado una forma, por demás exitosa de ver y ejercer la vida, sin duda violenta, radical e implacable.
“Hay que rescatar lo útil, no puede ser que todo en los libros de texto se vaya a desechar”, “no puedes cortarte la pierna, por una uña enterrada”, no sé si seamos el único país que ante la adversidad tendemos a unirnos a los optimistas, buscarle el lado bueno a las cosas y “echarle ganas”. Por supuesto que hay que cambiar todos los libros de texto de este gobierno. Otro lugar común asegura que la “historia es aburrida” uno más que “si no la conocemos estamos destinados a repetirla” otro que las “matemáticas son muy difíciles” frases que ayudan durante toda la vida a ser autocomplacientes y exigirnos poco, pero, cuando alguien critica este pensamiento entonces no falta quién dice: “¿Y tú que has hecho para cambiar?” “¿Te crees mejor que los demás?” “Eres un sabelotodo”, incluso el presidente Peña defendió una decisión política preguntando a todos: “¿Qué hubieran hecho ustedes? “
¿Son los libros de textos los culpables de nuestro deterioro histórico? ¿Somos nosotros o son los gobiernos? ¿Cuándo nos tomaremos en serio nuestras decisiones políticas? ¿Cuándo nos comprometeremos con la educación? Si para este gobierno triunfar está mal visto y millones lo creen ¿Estamos destinados este siglo, también, a un ser un país mediocre? ¿Y ustedes… qué harán?