Claudio Sarmiento
El “POA” es un acrónimo muy conocido entre los urbanistas, legisladores, dependencias de gobierno y de la industria de la construcción, especialmente de las grandes obras viales. Además de ser uno de los principales instrumentos con el cual se construye la ciudad, la “Propuesta Anual de Obras” es una sustancial fuente de empleo para los gremios antedichos, pues detalla cómo se invierten importantes sumas del erario público para lograr los múltiples objetivos del Plan Municipal de Desarrollo. No obstante su importancia, pocos ciudadanos de a pie conocen sobre el POA: de dónde salen sus recursos, cómo se justifica, si realmente cumplen con su cometido.
Vista como un listado de grandes proyectos de infraestructura pública, se esperaría que las obras sean diversas y enfocadas a las principales necesidades de la ciudad. Sin embargo, un análisis somero del POA de este año 2023 indica que la prioridad para la sociedad queretana parece ser la movilidad en automóvil, a pesar de que menos del 34% de sus viajes se realizan de ese modo. Aún si esta inversión inequitativa en obra pública estuviese justificado, ¿en dónde están los estudios de rentabilidad social, económica y ambiental que incluso requiere la Ley?
Querétaro requiere una inversión constante en obras públicas que conserven su inercia de, pero los costos de estos proyectos nos deberían beneficiar a todos; no solo atendiendo problemas presentes, sino metas internacionales para la calidad de vida para nuestras generaciones futuras.
MT