Roberto Mendoza
Según sus organizadores 700 mil ciudadanos mexicanos, se concentraron el domingo pasado en el zócalo de la CDMX para exigir se respete la democracia, casi al mismo tiempo en el Instituto Nacional Electoral se estaba registrando de manera oficial la candidata de la coalición llamada “Sigamos Haciendo Historia”, acompañada también, de cientos de mexicanos.
El único orador en un zócalo totalmente abarrotado y desbordado en calles alternas, fue el ex presidente del INE Lorenzo Córdova, quien aseguró: “Que quede claro, no estamos aquí reunidos, en ejercicio de nuestros derechos constitucionales, para apoyar o criticar a ninguna candidatura, a ninguna campaña, a ningún partido o coalición, es más, no estamos aquí, para criticar a ningún gobierno en sí, estamos aquí reunidos para defender a la democracia…” pero se contradijo apenas minutos después: “ Nos pasamos más de 40 años, construyendo una escalera… para que quien tuviera los votos, pudiera acceder al primer piso y hoy desde el poder, quien llegó a ese primer piso, por la libre voluntad de la ciudadanía, pretende destruir esa escalera para que nadie, pueda transitarla…Inmediatamente los participantes de la marcha corearon: ¡Fuera López, fuera López! Más contundente, Córdova aseguró “No se vale exigir reglas de equidad y condiciones justas en la competencia política, siendo oposición y violarlas sistemáticamente siendo gobierno…”
No es necesario mentir, la marcha del domingo es un grito, quizá no desesperado, pero si urgente de quienes ven que sus derechos democráticos pudieran ser ignorados, incluso pisoteados y quieren protegerlos, son ciudadanos, pero opositores del gobierno. No hubo un solo simpatizante del actual gobierno y mucho menos militante del partido en el poder que le haya aplaudido a Lorenzo Córdova, ellos no sienten amenazados sus derechos políticos o democráticos. Incluso la marcha fue convocada por organizaciones afines a la candidata Xóchitl Gálvez y no veo porque eso sea malo, es derecho aún, de cualquier mexicano manifestarse a favor de defender el ideal que quiera, político, intelectual o moral.
¿Por qué mentir o simular? Tenemos miedo a vivir, otra vez, bajo un gobierno totalitario y asfixiante. Tenemos miedo a tener que soportar un régimen, por muchos años, con el que no estamos de acuerdo, que nos quiten las conquistas que juntos, sí junto con Andrés Manuel y Morena, logramos a través de muchas marchas, muchas protestas, de buscar que se respetara nuestro derecho a disentir, lo logramos, hoy tenemos un INE fuerte y ciudadano; una democracia, nuestra, imperfecta, pero mexicana.
Es legítimo y legal, no hay nada de que arrepentirse, se llenó el zócalo de opositores al gobierno y quien está en el poder tomó nota, lo despreciará o lo minimizará, pero sabe que existimos y no estamos de acuerdo con sus propuestas. El poder que ejerce, es de todos, como la bandera del México de todos, aunque la esconda, aunque se esconda, es nuestro presidente y tiene que oír nuestras demandas y, sobre todo, actuar en consecuencia.
El poder, no se comparte y una vez obtenido, quien lo tiene junto con su grupo va a tratar de conservarlo el mayor tiempo posible, incluso un político sagaz, si ve que su grupo puede perder el poder hará gestiones para pactar con quien pudiera ser el próximo ganador o se pasará a su lado, ejemplos de estas maniobras hay miles en la historia del mundo. Pero el líder, siempre ejerce el poder de manera solitaria y por eso la derrota es personal, no colectiva, si el líder pierde, lo hará casi solo, pero si gana, lo hace acompañado de miles.
Así será el próximo 2 de junio, está garantizado que un día después, habrá enojo, decepción, alguien tendrá que perder, porque llevamos cinco años de desacuerdos, de polarización, de abrazos a los delincuentes, de corrupción, de mala economía, de frustración, de fracasos.
Hace unos años, en 2006 no teníamos el nivel actual de polarización y quien perdió, lastimado, inundó varias calles con una protesta, pacifica, pero terrible, trató de causar una crisis constitucional al intentar impedir que el presidente Calderón tomara protesta, incluso tomó protesta como un presidente legítimo, aunque casi nadie, como sucede a los lideres perdedores, le hizo caso. ¿2024 será otro 2006? ¿Veremos gente opositora o del actual gobierno tomando las calles porque no aceptarán un resultado adverso? ¿Habrá una crisis constitucional? La historia aún se está escribiendo, ya la comentaremos.