Sergio Arellano/Asesor en Derechos Humanos
@siarellano5
Durante los últimos años, sabemos que el gobierno del Estado de Querétaro, ha emprendido una serie de viajes al extranjero con la finalidad de promover las bondades que nos distinguen como entidad, tales como las tradiciones indígenas, paisajes naturales y la extraordinaria inversión de los sectores productivos.
Así las cosas, buscando la mayor difusión de los placeres queretanos, se han trazado rutas turísticas con el afán de destacar ciertas actividades temáticas desde el turismo de romance hasta el que vela por la inclusión, por lo que, deteniéndome un poco en este último, apuntaría que el rubro hotelero afronta un reto considerable, toda vez que los grupos en situación de vulnerabilidad, tienen el derecho de gozar de las mismas oportunidades que otros.
Sabemos bien, estimada o estimado lector, que existe un distanciamiento con las personas que son parte de una red de discapacidad o pueblos originarios (por mencionar algunos grupos), por lo que se tienen que armonizar los manuales, señalética, así como la atención al cliente de los hoteles del país sin los prejuicios de que no pueden aprovechar de unas buenas vacaciones.
Lo anterior responde a una necesidad social pero también jurídica, ya que tenemos un conjunto de derechos que procuran la igualdad por el simple hecho de ser personas, clientes y/o consumidores de determinado servicio; celebro que diversos centros turísticos, asuman su compromiso con los derechos fundamentales con una cultura de prevención, aunado a que se fortalece la ruta de turismo incluyente que puede ser un referente a nivel mundial.