Los secretarios de Estado de Estados Unidos y el canciller de México anunciaron la urgencia de realizar un esfuerzo binacional más equilibrado
Sergio Ibarra
La semana pasada en conferencia de prensa, montada con toda la pompa y circunstancia necesaria, los secretarios de Estado y cancilleres de México y Estados Unidos de Norteamérica (EUA) anunciaron la urgencia de realizar un esfuerzo binacional más equilibrado e integral en el combate al crimen organizado.
El secretario de Estado de EUA, Rex Tillerson, dijo, “Hoy damos un paso más en la construcción de una nueva relación bilateral entre México y Estados Unidos. Hemos dado un paso muy importante al establecer de manera conjunta un diagnóstico y sobre todo un compromiso de trabajar los dos gobiernos como un equipo. Si bien, no fue una reunión en la que hayamos alcanzado nuevos acuerdos o donde se hayan todavía desarrollado estrategias especificas, sí es una reunión en la que logramos tener coincidencias fundamentales en la naturaleza del problema. Tenemos que superar la asignación mutua de culpas, el señalamiento recíproco. Si los gobiernos de México y Estados Unidos discuten quién es el responsable, quién está en falta, el único que gana es el crimen organizado”.
Pero la parte clave fue cuando afirmó: “Como estadounidenses, debemos asumir este problema, es nuestro…Como estadounidenses, necesitamos aceptar que nosotros somos el mercado”.
Luego de una importante cantidad de desatinos por parte del Gobierno encabezado por el Presidente Peña y de que hayan transcurrido 4 años y medio de su gestión, se dio este acercamiento, en el que la política de Seguridad Nacional por fin hizo su aparición.
No extraña, como parte de los mismos, que un hombre que es ignorante en el tema nos represente en una reunión de ésta relevancia para ambos países, como lo es el Sr. Videgaray. Sus desatinos como Secretario de Hacienda sumió al país en una crisis económica en el año 2013, luego se vio envuelto en el fallido proyecto tren bala-casas blancas que costo miles de millones de pesos al erario, la mayor devaluación de la moneda frente al dólar desde el sexenio del expresidente De La Madrid, su incapacidad para haber detectado las fechorías del Sr. Duarte, entonces gobernador de Veracruz, entre otros gobernadores que ahora sabemos son unos criminales, un crecimiento económico mínimo durante el tiempo que ocupó el puesto, para finalmente dejarlo, saliendo por la puerta de atrás. Sin embargo, las Trumpadas abrieron la oportunidad de “premiarlo” como canciller ante la iniciativa del presidente de los EUA de renegociar el TLC.
Entre los desatinos, habrá que recordar la contratación del asesor colombiano desde el inicio de la actual Administración Federal, que finalmente, también, se retiró de su encargo por la puerta de atrás, no sin antes haber provocado el distanciamiento entre las fuerzas armadas mexicanas y estadounidenses, que en el sexenio previo fue uno de los grandes logros que se habían obtenido, llegando a colaboraciones trascendentes en la guerra contra la delincuencia
organizada.
Entre otros más, se encuentra el manejo del conflicto en Michoacán, en donde se permitió a civiles convertirse en policías y la incapacidad de terminar con el fenómeno de la guerrilla-derecho de paso- en distintas autopistas y el fracaso del encargado de Comisión de Seguridad, el Sr. Castillo Cervantes que cambiaría, según como fue anunciado en su momento, con resultados la situación de aquel Estado, “Se le ha instruido no escatimar esfuerzo alguno a fin de recuperar la confianza de los michoacanos, a fin de entregarles resultados concretos”, dijo el Sr. Osorio, secretario de Gobernación, en aquel momento.
Se suma a los desatinos el haber propuesto una “nueva estrategia” para la regionalización del mapa de Seguridad, que las FFFAA mexicanas durante décadas habían construido en lo que se conoce como zonas militares y que tiene un montón de implicaciones institucionales y logísticas, dando como resultado, otro rotundo fracaso en el manejo de las situación del Estado de Tamaulipas, que hechos recientes en Reynosa, reflejan que no se ha logrado, lamentablemente, nada.
Se suma también, la forma en que se ha manejado el caso de los desaparecidos de Ayotzinapa y que sigue sin solución hasta la fecha y que decir de la célebre fuga del Chapo Guzmán y así se podrían sumar otros más, pero quizás el más importante es que se haya carecido de una Política de Seguridad Nacional clara, como la que existió en el sexenio previo, cuando el expresidente Calderón a los 11 días de haber tomado posesión le declaró la guerra a la delincuencia organizada.
Es de reconocerse que en medio de toda la burla contra nuestra Patria por parte del Sr. Trump y de los cientos de abusos en contra de migrantes mexicanos, el gobierno de los EUA haga una pausa y reconozca de manera pública, lo que es bien sabido desde hace cinco décadas, que ellos son la causa del problema. Como fue señalado en la conferencia de prensa, lo único que se hizo fue mostrar voluntad para cooperar, voluntad que ya existía en el 2012 y que la gestión de estos cuatro años y medio de la actual Administración Federal, se ocupó de echar por la borda.
Mucho se ha dicho y se ha escrito de las elecciones próximas en el Estado de México, ¿por qué? Por ser el Edomex que reúne a más de once millones de votantes y representa un coto de poder del grupo que respalda a quien hoy ocupa la silla presidencial. De manera que ganar o perder, para cada uno de los partidos tendrá un significado crítico en la guerra futura por el poder presidencial, pero en especial para el PRI.
La clase política continúa mostrando su desideologización, convirtiendo actos como este, en atentados contra la inteligencia ciudadana, de ninguna manera se trata un acto gratuito. Qué conveniente resulta que a dos semanas de unas elecciones cruciales, se haga éste intento para acreditar la gestión del grupo político que hoy tiene en sus manos la Presidencia de la República, que justamente es del Estado de México.
