Claudio Sarmiento Casas
Desconocemos las circunstancias que conllevaron a que un automóvil embistiera a Elfrigo López Castillo, de 38 años, quien pedaleaba de regreso a su casa el pasado miércoles a las 7PM. Desconocemos si Elfrigo cruzaba el anillo vial Fray Junípero Serra en su Km5+100 o si pedaleaba sobre uno de los carriles de la vialidad, rumbo a su casa de la Pradera (a 3km de ahí). Desconocemos si el conductor del Ford rojo no pudo esquivar a Elfrigo, o si iba distraído, o no lo vio a pesar de que cerca está el centro comercial Paseo Querétaro, iluminando bien la zona. Desconocemos por qué trató de huir del siniestro. Y desconocemos por qué la SSP tardó hora y media en llegar.
Lo que sabemos es que Elfrigo lamentablemente falleció 20 minutos después de haberle brindado atención prehospitalaria. Sabemos que trabajaba en uno de los viveros locales y que el conductor del Ford manejaba a una velocidad tal que Elfrigo fue proyectado desde su parabrisas hacia el asfalto (ocurre a más de 30km/h). Sabemos que su familia necesita 24 mil pesos para llevar su cuerpo a su ciudad natal en Veracruz.
Sabemos que no fueron efectivos los letreros de “Bájale” (200m adelante) o los radares “Clicks de Vida” (2km atrás). Tampoco ayudó que ese tramo vial carece de ciclovía o banqueta, y que tiene carriles diseñados para conducir a 180km/h. Lo que sabemos con absoluta certeza es que Elfrigo tenía derecho a usar el medio más sostenible, saludable y asequible para regresar a casa cerca, y que no debió de haber muerto por ello.
MT