Como la gran mayoría debe saber, el 18 de marzo se realizó el primer Medio Maratón Mujer a nivel nacional, en el que participaron 8 mil mujeres de toda la República Mexicana, incluida yo; afortunadamente, la sede fue en nuestro estado. Muchos se preguntarán por qué es de relevancia este primer maratón; pues les platico un poco de su historia.
Desde 1896 se tiene información de que la mujer comenzó a luchar por un espacio en los maratones, iniciando con una corredora griega, Stamata Revithi, quien quería participar en el maratón Olímpico de Atenas junto con los hombres; al serle negada su participación, decidió realizarlo por su cuenta al día siguiente, haciendo un tiempo de cinco horas y media.
Posteriormente, en 1966, Roberta Gibb, mejor conocida como Bobbi, comenzó a participar en el Maratón de Boston, pero sin inscribirse, para evitar ser rechazada.
Un año más tarde, Kathrine Switzer se inscribió, pero como K. Switzer para evadir con esto a los organizadores y ser pionera en su participación en dicho maratón, ante la oposición de los organizadores por miedo a que no aguantara o se lastimara durante el recorrido.
Les cuento todo esto, ya que dicho maratón precisamente se realizó en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, poniendo en alto la lucha de grandes mujeres que han dejado huella y por la participación en pie de igualdad, tanto a nivel social como personal.
Por esta razón, las clases sociales o la condición física no fueron impedimento para ser parte de este maratón, ya que tuvimos el ejemplo de varias personas de la tercera edad y de personas con discapacidad, que logramos nuestra meta y demostramos que los límites están solo en nuestras mentes.
Esto no solo fue un logro más para las 8 mil mujeres que rompimos con nuestras creencias y límites ese día, sino también para los padres, esposos e hijos que nos apoyaron; y para nuestro estado, por ser el primero en creer en nosotras.
Como Estée Lauder dijo: “No llegué allí deseándolo o esperándolo, sino trabajando para ello”.