Caldo de cultivo

Los Blanchet

De algún modo, en Querétaro, hay un antes y un después del 5 de marzo, día en que se registraron los vergonzosos actos de violencia en el Estadio Corregidora, de los cuales se dio puntual y exhaustiva cuenta en medios y redes sociales. Solamente en Twitter, todos los personajes de todos los ámbitos de la vida pública se pronunciaron al respecto exigiendo explicaciones y castigo a los responsables. Poco hay que agregar a lo ya dicho sobre el lamentable acontecimiento.

Pero después de la inesperada sacudida viene una parte igualmente importante: las consecuencias y cómo afectarán a una entidad con un merecido prestigio de progreso y de no violencia en sus calles y espacios, aunque en esta ocasión se hayan dado dentro de su emblemático estadio.

El gobernador Mauricio Kuri atendió la crisis de manera inmediata, reconociendo de inicio la magnitud de la tragedia y las omisiones de la autoridad en la autorización del evento y en la presencia de la fuerza pública en el mismo, así como las fallas correspondientes a los organizadores: la Liga MX, el equipo de Gallos Blancos y la empresa de seguridad privada. Cada cual con su responsabilidad. Mandos policiales han sido separados de sus cargos y sujetos a investigación y las detenciones de presuntos responsables se siguen dando hasta este día. Han ocurrido cosas tan inéditas como la entrega de uno de los rijosos a la autoridad por parte de su propia madre, o las muestras de solidaridad de aficionados de diversos equipos a las afueras del Hospital General.

Se canceló el contrato de la empresa de seguridad privada utilizada por el equipo y su personal queda sujeto a investigación. La atención de los heridos por parte de los servicios de salud estatales ha reflejado resultados favorables, esperándose ya la completa recuperación del último aficionado en estado más grave.

En el lado deportivo, las sanciones tampoco se hicieron esperar, siendo insuficientes, según algunos, y rigoristas, en opinión de otros. Lo cierto es que quien pierde es el deporte y la afición queretana al vetarse al estadio y a los directivos de Gallos, así como al obligar al propietario de la franquicia a enajenarla, con el consiguiente riesgo de que el comprador se la lleve a otra entidad. Algunos gobernadores salivan sin babero ante esta posibilidad, mientras que el de Querétaro realiza esfuerzos para que el equipo permanezca en la plaza. Ronaldinho manifestó su preocupación por el destino del equipo y quién quita y se anima a organizar una “vaca” para adquirirlo. Finalmente, la eliminación de las famosas barras es algo que ya se habían tardado en aplicar.

¿Es perjudicial para nuestra sociedad que se dé esta serie de consecuencias, dolorosas para todos? De ninguna manera. Desde hace varios años el país ha venido padeciendo el desastroso resultado de la falta de consecuencias tras los hechos delictivos. Ya en los tiempos de Peña Nieto se hablaba de México como un estado fallido, como le restregaron en Washington a su delegación, -encabezada por Luis Videgaray-, enviada al arranque de la administración Trump. Ya desde entonces la debacle del Estado de Derecho era evidente para propios y extraños y así hasta el presente.

El que hoy, en Querétaro, se den las consecuencias tras los hechos violentos, así como el reconocimiento de su gravedad y de la responsabilidad que corresponde a cada parte, es un tremendo y positivo mensaje a una nación castigada por la negación, la inacción y el encubrimiento, una declaración de que la ruta para Querétaro es otra. Los aprendizajes más trascendentes con frecuencia provienen de las crisis y de las situaciones adversas, y nuestro Estado no debe detener su marcha hacia adelante, sino redoblarla.

Querétaro sigue siendo un lugar de luz. Ánimo.

Que no quede huella, que no y que no…

Puedo asegurar estimado lector, que usted cantó mientras daba lectura al título. La música de Bronco marcó toda una época y no puede faltar en cualquier “guateque” de Iztapalapa, Ecatepec y Neza que se respete. Aunque acá entre nos, hemos acudido a fiestas “pirruris” que después de tres mezcales (ah, porque ahora es la bebida de moda para “fifis”), les sale el barrio re duro a estos.

Pero en todo hay niveles, ya que existe un Bronco que dejó huella en la música y que pone a bailar a todos en las fiestas y otro Bronco que, al parecer, no dejó ni huella, ni recursos, porque los desvió para las “Broncofirmas”, recolección que ‘desinteresadamente’ hizo para su campaña electoral del 2018. Y dado el detallito de hacer lo que es normal en política y de lo que ya estamos hasta el copete, la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales del Estado de Nuevo León, giró orden de aprehensión en contra del exgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón.

Fue así que al Bronco me lo agarraron en “su rancho”, en el municipio de General Terá, bueno, el lugar exacto se dice que fue la puerta, no vaya usted a pensar que lo agarraron como al Tigre de Santa Julia, porque hasta ahorita todavía no se confirma que el rancho sea del exgobernador.

El Bronco se caracterizó por ser un personaje muy peculiar en la política mexicana, principalmente con nuestros nunca espléndidos amigos: los regios. También recordemos que fue una verdadera piedra en el zapato para ya saben quién, cuando contendió por la silla presidencial. Es conocido que el Bronco tiene más suelta la lengua que la cartera, y eso le ha generado un incremento considerable de enemistades. Una de ellas es su sucesor en el gobierno de Nuevo León, Samuel García, más conocido como el adolescente que, de castigo, lo llevaban al golf, y por haberse casado con una guapa “youtuber”.

Ahora sí que entre gitanos sí se leyeron las cartas. Se notó a kilómetros que “Samy boy” se la tenía guardadita al ¨Bronquis” porque, ni tardo ni perezoso, salió a declarar (esta vez sin comer costillas, sin “fosfos” y sin decir: baja las piernas): “quien la hizo la paga, quien robó o desvió recursos públicos a sus amigos, o a sus favoritos o a campañas, va ir a la cárcel”. Es bueno saber que se haga justicia, que caigan los responsables, pero es importante recordar que en política más pronto cae un hablador que un manco, por eso de mocharle la mano a los rateros.

Le esperamos el sábado a las 9:00 de la noche en la KJeta por el Canal 10 de RTQ en señal abierta y de cable, y por streaming en rtq.mx. También le recordamos que tenemos una cita aquí el próximo jueves…para echarnos otro caldito.

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