Javier Esquivel
Cual discípulos de los dioses griegos de los trucos y artimañas, quienes usaban a la humanidad para sorprender, engañar y sacar algo de ventaja con sus perjurios, artificios y embaucamientos, hay quienes operan a similitud en la arena política mexicana de cara al 2024.
Personalidades dotadas de la habilidad de traicionar y aparentar, hoy usan formulas discursivas repletas de frases y palabras para encantar oídos y embelesar voluntades para ganar visibilidad mediática.
Explotan los resentimientos sociales en redes sociales y en la tribuna legislativa para señalar las fallas de las políticas existentes con la esperanza de ganar popularidad y ser consideradas o considerados aspirantes a un cargo de representación popular.
Las y los artistas del sofismo intensifican negociaciones, refuerzan relaciones, parentescos y vínculos compadrales que les permita salvaguardar su integridad en libertad y buscan a toda costa no quedar relegados de los cargos de reelección que les dote del tan necesario y anhelado fuero constitucional en la época de los rencores y venganzas.
Hacen gala de sus dotes y habilidades camaleónicas que les permite cambiar de matices y colores, cambian de partido e ideología en un santiamén, tan rápido como la nueva reforma constitucional lo amerite.
Cual moneda con dos caras ofrecen prudencia y negociación al electorado, pero también muestran el otro lado, el de la alevosía y el ardid que engaña a través del uso de la verdad a medias y la mentira para vender una solución momentánea.
Si en el mundo de los asuntos públicos, de la comunicación legislativa y de la administración pública federal, estatal y municipal solo se vive en la esfera de la simulación y la artimaña para sacar beneficios personales y de camarilla, difícilmente se podrá pensar en ofrecer soluciones a las inagotables necesidades sociales.
Hoy las estrategias de comunicación política por la cuales se generaban consensos, se representaban causas, se abanderaban y defendían derechos, se construían liderazgos por medio del posicionamiento social están agónicas ante las tácticas de compra de medios de comunicación, del acarreo de personas, de la contratación de encuestas a modo, del lucro con voluntades, del chantaje y amenaza.
Todas esas viejas tácticas, en las que todavía se compran entrevistas y menciones en las primeras planas y se negocia e intercambian intangibles, cual mercado de trueque, son el cáncer de la clase política y de todos actores que intentan emular la habilidad del zorro para mantener intactas sus parcelas de poder y mantener inmunes los intereses personales y del pequeño clan que se conforma.
Muchos de ellos y ellas que hoy piensen que el sortear el presente con artimañas y astucia, como recomiendan sus asesores sin ética, es una idea magnifica y brillante viven en el error.
No saben que al copiar y reproducir malas prácticas se vuelven más vulnerables y serán presas fáciles de futuros gobiernos ya sean autoritarios, populistas o provenientes de la derecha o de la izquierda.
Cualquier persona con mejor posición en el arte de la negociación los someterá con la vieja fórmula de pactar impunidad o ser castigados. Corren con la surte ser engañados y timados como ellos en su momento lo hicieron.
Cualquier político que olvida la habilidad y el valore del liderazgo, de la legítima representación de los intereses ciudadanos se torna vulnerable cuando su reputación precede de los amaños de su pasado.
Hoy más que nunca la ciudadanía tiene la posibilidad de evaluar y juzgar a los falso liderazgos políticos, porque esos personajes que hoy engañan a sus pares, aliados y amigos pueden y tienen la capacidad de traicionar hasta las mejores causas.
@javoesquivel