Javier Esquivel
Mientras la aspirante y el resto de candidatos a la Presidencia de la República buscan afanosamente mejorar su nivel de conocimiento e intención de voto, los partidos de oposición desatienden su estrategia para ganar mayor número de espacios legislativos.
La apuesta que les daría vigencia electoral, podría ser no competir directamente contra la persona que resulte ganadora o vencedor de las encuestas, sino usar una táctica de flanqueo para colocar a las mejores mujeres y hombres en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados.
Los líderes de la oposición saben que solo lograrán mantenerse en el ánimo ciudadano si postulan en listas nominales y en el campo de batalla electoral a las personas que cuenten con experiencia, trayectoria, lealtad partidista y con un alto liderazgo político y social en sus comunidades.
Este grupo de tomadores de decisiones, deberían estar conscientes que, si colocan nuevamente a especialistas en la adulación y complicidad personal y a sus amigas y amigos, como en los procesos anteriores, los resultados serán más que desalentadores.
En un escenario altamente complejo para ganar la Presidencia de la República, lo que más requieren los partidos de oposición es un alto nivel de profesionalismo en las futuras legisladoras y legisladores para hacer pesos y contrapesos a un oficialismo que llegará al Poder Ejecutivo en 2024 desgastado y sin la fuerza carismática de un líder.
La prospectiva electoral ofrece a los partidos de oposición no solo la oportunidad de no ser borrados de la escena política en 2024 ante la alta posibilidad de perder la mitad de las gubernaturas en juego, sino la alternativa de reinventarse desde el Congreso.
Si los presidentes de los partidos políticos opositores insisten en pagar compromisos, ofrecer un espacio plurinominal a las candidatas y candidatos perdedores de los procesos comiciales anteriores desalentará las pocas estructuras y cuadros activos que les quedan.
El auto proponerse para asegurar un espacio legislativo y ganar inmunidad y recursos por seis años más, también podría ser un factor que profundice aún más el divorcio con la sociedad y agudice sus crisis internas.
Si realmente quieren ser competitivos y acercarse a un electorado que cada día confía menos en su palabra, ya no para la elección presidencial deberán incluir rostros nuevos ciudadanos y a las mejores y mejores cuadros de liderazgos.
En la actualidad varios miembros del panismo, priismo y perredismo ya levantan la mano para ser senadores. Con esa codicia, pagan encuestas, publican en redes sociales su afanoso aseguramiento de un lugar.
Estas acciones son totalmente contraproducentes para el ciudadano y para el militante partidista. Lo hace más lastimoso cuando los autodestapados ni fueron seleccionados para competir a las gubernaturas o perdieron la elección.
Es tiempo de dejar de premiar con un escaño o curul a los que ya participaron y no ganaron, pero sobre todo a los que carecen de simpatía, carisma y credibilidad social.
Es el momento preciso de postular a nuevos rostros ciudadanos, con propuestas jóvenes que sean acompañados por las y los líderes sociales que realmente tiene amor a sus estados y regiones y no solo por los que buscan seguir vigentes para satisfacer la vanidad y el ego.
La reconciliación con la sociedad comienza con una nueva forma de comunicar, pero también con buenas intenciones de mejorar de incluir a la gente. Es tiempo de dejar de escuchar las mismas propuestas de siempre, pero sobre todo los mismos rostros de los últimos años.
La mayoría de las veces no se puede comunicar la propuesta de solución social cuando es presentada por los mismos personajes de siempre.
¿Usted tiene duda que serán los mismos que hoy organizan, promueven incluir a la ciudadanía a través del México que queremos?
@javoesquivel