Una profunda pena embarga al pueblo mexicano tras el lamentable deceso del Magistrade del Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes, Jesús Ociel Baena Saucedo, quien fue encontrado sin vida en su domicilio tras una serie de heridas con arma blanca.
En este momento, la fiscalía de dicha entidad ha sido omisa en esclarecer los hechos sucedidos; sin embargo, más allá del avance de la investigación, estimada o estimado lector, se derrumba una episodio significativo para la inclusión. La llegada del Magistrade a un espacio de impartición de justicia vino a romper los esquemas de un sistema que estaba predeterminado para ciertos hombres que poco a poco fueron reemplazados por mujeres preparadas que han fungido de manera excepcional en el ámbito jurisdiccional gracias a su empeño y dedicación como juristas.
En el plano de la comunidad LGBTQ +, hemos sido testigos de su lucha incansable por el reconocimiento de sus derechos, considerando los matrimonios igualitarios, adopción, espacios de participación política, entre otros, por lo que esta terrible eventualidad servirá para ratificar los ideales y seguir buscando aquellos lugares en la toma de decisiones que naturalmente les corresponde al estar inmersos en una democracia con bases constitucionales inspiradas en derechos fundamentales.
Que la despedida no sea en vano.