En una conversación con el gremio de juristas interesados en el deporte, se hizo una reflexión sumamente interesante en el sentido de que la ciencia jurídica, está evolucionando de tal forma que su estudio, tiene que ser por sectores o industrias.
Anteriormente, los abogados postulantes, se reconocían como civilistas, penalistas, corporativos, entre otras ramas; siendo una realidad que, a la fecha, tenemos áreas de especialización que conllevan su propia regulación como en el rubro de la actividad física.
Para comprender los alcances de este comentario, tenemos que visibilizar la existencia de amateurs, profesionales, grupos con un interés deportivo en particular y personas con discapacidad que disfrutan del deporte adaptado; tal y como podrán apreciar, cada uno de estos círculos merece una apreciación concreta ante la ley.
Ahora bien, estimada o estimado lector, no podemos olvidar el ingrediente especial que se asocia con los derechos fundamentales, ello con la finalidad de evitar vulneraciones a la dignidad humana como lo sucedido con el menor deportista con discapacidad en el Estado de Hidalgo que se quejó por discriminación ante los actos cometidos por el Centro Deportivo Hidalguense y de Alto Rendimiento, situación que motivó una disculpa pública por parte de la Comisión de Derechos Humanos de dicha entidad ante la omisión de investigar, prevenir, atender y reparar el daño ocasionado.
En suma, la agenda pendiente, no se limita a este ejemplo en particular, sino que necesitamos una regulación deportiva más exhaustiva en materia de apuestas, acoso, patrocinios, dopaje, apoyos institucionales, así como un conjunto de profesionistas especializados para el desahogo de estos asuntos.
Sergio Arellano
- Asesor en Derechos Humanos
- @siarellano5