Yamile David
Hemos hablado hasta el cansancio de la brecha de género tan grande que existe en el mundo.
Las estadísticas no son alentadoras cuando se proyecta que en 150 años lograremos una disminución sustantiva. ¿Qué podemos hacer para reducirla, y, sobre todo, para qué?
Caballeros, sabemos que a muchos les encanta el poder, el sentirse útiles siendo súper proveedores, gozar de logros profesionales que muchas veces se relaciona con mayor ganancia de dinero, pero ¿a poco no hay día en que les gustaría relajarse un poco, y que no cayera en ustedes todo el peso del desarrollo económico familiar? Y pensando más en macro, ¿a quién no le gustaría que el país tuviera un más rápido y sostenido desarrollo económico?
Pues les tengo una solución: la inclusión de la mujer en el mercado laboral. ¡Epifanía!
Las mujeres y las niñas representan la mitad de la población mundial y también, por tanto, la mitad de su potencial. Sin embargo, la desigualdad de género persiste hoy en todo el mundo y provoca el estancamiento del progreso social.
Aproximadamente un tercio de los países en desarrollo no ha logrado la paridad entre los géneros en la enseñanza primaria. Las desventajas en materia de educación se traducen en falta de capacitación y, por tanto, de oportunidades para acceder al mercado de trabajo.
El empoderamiento de las mujeres y las niñas es fundamental para impulsar el crecimiento económico y promover el desarrollo social. La plena participación de las mujeres en la fuerza de trabajo añadiría puntos porcentuales a la mayoría de tasas de crecimiento nacional —que serían, en muchos casos, de dos dígitos.
Independientemente del lugar donde vivamos, la igualdad de género es un derecho humano fundamental. Promover la igualdad de género es esencial en todos los ámbitos de una sociedad sana: desde la reducción de la pobreza hasta la promoción de la salud, la educación, la protección y el bienestar de las y los niños.
La inversión en programas que mejoran las actividades generadoras de ingresos para las mujeres puede generar unos beneficios de 7 dólares por cada dólar gastado.
Miren estas cifras:
- En el mercado laboral global, las mujeres ganan 24% menos que los hombres. En México, 3 de cada 5 mujeres no tienen acceso a trabajos formales (57.3%. ENOE, 2015).
- Querétaro es una de las entidades que registra la menor participación de las mujeres en el mercado laboral, con una tasa del 39.4% contra una tasa masculina del 72.2%
- Existen casi 500,000 mujeres que no trabajan, tampoco estudian y que se dedican exclusivamente a quehaceres domésticos que no son remunerados.
- 5 de cada 10 mujeres en edad de integrarse a un empleo no tienen acceso al mercado laboral en el estado.
- En promedio, una mujer gana 87 pesos por cada 100 que gana un hombre.
- En octubre de 2021, 99.9% de las mujeres que perdieron su empleo en abril no lo han recuperado.
- Según el Foro Económico Mundial, la pandemia ha impactado en la mujer en un retroceso de 10 años en términos de equidad.
Las matemáticas no mienten, la incursión de la mujer en el mercado laboral daría un impulso enorme a la economía, además de que, con ello, se lograrían también reducir otro tipo de problemáticas como la violencia, entre otras.
Entonces, les invito a reflexionar en esto, a emprender acciones que fomenten una mayor participación de la mujer, que empecemos a ver las cosas desde otra perspectiva -que sin duda – será de gran beneficio para todos.
¡Rompamos juntos el techo de cristal!