La próxima semana, los cristianos de todo el mundo celebraremos una de las fiestas más importantes, la natividad de nuestro señor Jesucristo
Francisco Pájaro
La próxima semana, los cristianos de todo el mundo celebraremos una de las fiestas más importantes, la natividad de nuestro señor Jesucristo, la Navidad, como nosotros comúnmente conocemos y que nos recuerda el nacimiento de Jesucristo en un pobre y humilde portal en Belén de Judá, como narran los Evangelios.
Si bien es cierto el hecho histórico no está comprobado que sea en la fecha del 25 de diciembre, lo que los cristianos celebramos es que Dios se hace hombre y nace como cualquiera de nosotros, este hecho hace que reflexionemos sobre la venida de Dios a sus creaturas, es Dios que busca a cada mujer y a cada hombre de este mundo. En muchas religiones, quizás en todas, es el hombre quien busca a Dios, en el cristianismo es Dios quien busca al hombre y se hace uno de ellos.
La Navidad representa ese momento en que la presencia de Dios se manifiesta a todos, y que ve su plenitud en ese nacimiento, pobre, humilde y lejano de una realidad de su tiempo que era de opulencia y de riqueza. La Navidad es el acercamiento permanente de Dios con todo lo que ha creado y que le pertenece.
Hablar de la Navidad en este tiempo, pareciera ser que es hablar de un hecho meramente comercial de un hecho superficial, de un hecho que solo lo vemos en los adornos, en las luces y en los regalos; sin embargo, el concepto de ‘Navidad’ va más allá que todo eso. Navidad es la presencia de Dios con nosotros y que se manifiesta en plenitud en su gloriosa resurrección. ¿Qué sería de la humanidad sin la presencia de Dios?
Esta pregunta pareciera ser que luego no se tiene en consideración y hacemos a Dios a un lado, lo quitamos de nuestra vida y lo pensamos solamente como una invención de las personas; sin embargo, Dios sale a nuestro encuentro, como lo hizo en la primera Navidad en donde se hizo hombre, y sale a nuestro encuentro permanentemente, en el desarrollo de nuestra vida, en las personas que nos rodean, en la naturaleza, en todo lo que tenemos, Dios se manifiesta como lo hizo en Belén.
Yo deseo que esta Navidad de 2019, sea un momento de encontrarnos con Dios, tal y como él lo hizo y lo sigue haciendo, que este encuentro sea el inicio del cambio en nuestras vidas y que sea un encuentro de manera permanente. Que al contemplar al Niño Jesús junto a María y José veamos en ellos reflejados a nuestras familias y a cada uno de nosotros en el camino del encuentro con Dios hecho hombre. Les deseo a los lectores del am una muy feliz Navidad en compañía de sus familias y de sus seres queridos.