El Gobierno francés ha suspendido la segunda vuelta en las elecciones municipales, varios países se han cerrado impidiendo la llegada de vuelos y barcos extranjeros, todo por el coronavirus
Alejandro Gutiérrez
Una de las consecuencias más graves de la pandemia, después de la pérdida de vidas, es la caída en la actividad económica que se cierne sobre el mundo. Las bolsas más importantes se han desplomado por la pandemia y otras causas, continuando su picada; los países de la OCDE han determinado inyectar recursos a las economías de sus países; la FED norteamericana hace lo mismo, ante la perspectiva de una recesión, pero, de acuerdo a los especialistas, esto solo agravará el problema.
El obligado cierre de espacios multitudinarios, incluidas escuelas, la reclusión forzada en los hogares, la instrucción de muchas empresas de enviar a sus empleados a trabajar desde sus hogares, ha provocado una seria suspensión de diferentes actividades económicas que, si bien es temporal, seguramente colaborará en la tendencia recesiva de varios países.
Italia, debido a la cuarentena obligada, ha afectado la economía de las empresas pequeñas y familiares, con mucho las más importantes en la mayoría de los países. Todas las tiendas italianas, con excepción de farmacias y supermercados, se encuentran cerrados.
Los gobiernos de países como Alemania, por ejemplo, han considerado incrementar su gasto para generar demanda agregada, al tiempo que ha ofrecido créditos a personas y empresas, más el diferimiento del pago de impuestos para, así, paliar los efectos de la recesión y tratar de salvar de la quiebra a las empresas. Esta medida viene a resultar la más efectiva, para mantener la planta laboral y evitar el cierre de compañías. La ola de los contagios parece haber sido contenida en el país de origen; China.
Lo mismo que en Corea, Singapur, Japón, Hong Kong y Taiwán. La marea se dirige a Occidente, siendo Italia, España y Estados Unidos los más afectados hasta el momento. Pero los gobiernos están desconcertados y no han diseñado medidas para contener la crisis económica.
En Latinoamérica, el virus se difunde sin remedio. Estados Unidos no está creciendo a los niveles que prometió Trump y tampoco parece tener la fórmula para detener la recesión. Solo uno o dos gobernantes permanecen en su irresponsabilidad ante el tsunami sanitario-económico.